Desde La Falange, como el resto de integrantes de la coalición ADÑ, y antes de la pandemia del COVID-19, ya solicitábamos la salida de la Unión Europea, de esta Europa tirana que nos convierte en esclavos.
¿Y ahora qué? No hay peor sordo que el que no quiere oir ni peor ciego que el que no quiere ver.
¿Dónde está la vital ayuda que necesita España y nuestros hermanos italianos? Pues la solidaridad parece que está en el aire. Bueno, en el aire no, mejor dicho, a buen recaudo de esos países ricos del norte que nos consideran inferiores. ¡Hay que fastidiarse!